domingo, 21 de octubre de 2012

HUMO

No avisó, me llegó de repente, me rendí.
Era humo cálido que respiré porque salía de tus manos.
No hubo discursos, no promesas, no expectativas.
Fue fácil dejarse llevar, era sólo humo, pura ilusión de mago aficionado, pude ver tus trucos bajo la manga...no me importó, quería más y lo tuve.
Sentí tus manos en las mías guiándolas, guiándote, fue como si ya lo hubieras hecho antes...sobre mi. Respiramos humo, tan cálido, tan intenso...nos dejamos envolver por el deseo, sentimos la piel a través de nuestras palabras...tan sólo era un juego...y hubo un instante, como un destello, que fue algo más.
Me entregué como el agua a la arena pero tú no estabas aquí, yo no estaba allí.
A veces es duro estar en las sombras pero el humo que respiré contigo me hacía tirar hacia delante y...tiré...tiré...tiré con los ojos cerrados para no ver que aunque parezca una locura, te veía.

Un humo de cristal a punto de estallar.

Y tú...tan lejos que no puedes oírme cuando te nombro, tan cerca que tus ojos se abren cuando despierto.
 Deja que me envuelva tu abrazo ahumado una última vez para que pueda pensar en ti mañana.

En la despedida, el silencio en el que habitas...duele a pesar de todo.