miércoles, 25 de junio de 2014

EL ZAPATO DE CENICIENTA

Cuenta la fábula que Cenicienta huyó escaleras abajo al ser descubierta y perdió uno de sus zapatos.
Durante un tiempo indefinido  el príncipe fue de casa en casa buscando a la dueña de aquél zapato de cristal hasta que dió con ella.
Lo que no narra el cuento es lo que hizo Cenicienta durante la espera, en qué ocupaba el tiempo, si  aguardó esperanzada o se dejó envolver por el desánimo.
Quizás pasó por varias fases, necesitó de psicoanalista, se entretuvo en brazos de otros supuestos príncipes o simplemente se alojó junto a la ventana hasta el día en que su amado príncipe llegó a su puerta.

En el fondo todas creemos ser cenicientas y que nuestro príncipe llegará un día bajo un sol radiante de primavera, bajará de su majestuoso corcél y buscará con la mirada el inicio de nuestras extremidades inferiores, nos pedirá que nos sentemos y tomará nuestro pié con unas manos grandes, cálidas y firmes, rozará nuestro empeine y probará sin romperlo que somos la elegida al ver que el zapato de cristal encaja a la perfección .

Tengo 43 años, cada día que pasa me acerca a la verdad: los cuentos solo son eso, cuentos.
Mi príncipe se perdió por el camino, o dejó caer el zapato y lo hizo añicos, o en el peor de los casos se equivocó de cenicienta y otra camina por ahí con un zapato que me pertenece.
Sea como  sea, se va acercando el colorín colorado sin que haya un final feliz, muy al contrario, voy parcheando y añadiendo trozos de otros cuentos con el fin de entretener la espera, de manera que Caperucita queda a tomar café con Rapuncel mientras el lobo feróz de va de copas con el cazador y los tres cerditos se matriculan en la universidad, a ver si consiguen un buen trabajo que les permita comprarse un adosado con vistas al mar.

Hoy nos dejó Ana María Matute, si ella creó mundos fantásticos, quién soy yo para no creer en cuentos.

lunes, 21 de abril de 2014

EL VIAJE

Somos gente viajando, vivimos anclados a un territorio, mantenemos las raíces bien firmes bajo la tierra y sin embargo algo dentro de nosotros nos impulsa a respirar otros aires.
Agarramos la maleta y metemos en ella lo que pensamos vamos a necesitar, la ropa más adecuada, más nueva, la que mejor nos queda.
Y ya viajemos al Himalaya o a Punta Cana, creemos tener los imprevistos controlados.
- ¿Qué te llevarías a una isla desierta?.- pregunta un imaginario encuestador.
- Por dios, que no me falte el cepillo de dientes...
Una vez en el lugar elegido te das cuenta de que la mitad de las cosas que trajiste no las utilizas y la otra mitad no cubre los "por si acaso".
Podrías viajar sin maleta y daría lo mismo, no echas de menos nada de lo que dejaste y la vida cambia de perspectiva.
Gente viajera esperando un tren a ninguna parte.
Esperando.
Ni siquiera los zapatos son los adecuados.
Odio hacer la maleta.

miércoles, 5 de junio de 2013

La mujer que hay al otro lado del espejo
hoy me sonríe
sé que quiere salir de allí,
voy a ayudarla, rompo el espejo...
mierda, me hice añicos

sábado, 1 de junio de 2013

UN ÚLTIMO DESEO

En la distancia
que hay de mi mano a mi mano
se perderán los abrazos
que no nos demos
Se llenarán de herrumbre mis caderas
si no palpitan bajo tu cuerpo
Y en el hueco que formen
mis piernas desnudas
descansará esperanzado
un último deseo:
recorrerte de memoria
como antes,
bogar en los mares de tus sueños,
despertarte sin que me notes a tu lado
y respirar directamente de tu aliento,
mezclar sudores,
provocar incendios
que despierten tus sentidos,
que aniquilen tus miedos…
olernos, tocarnos,
saborearnos sin oírnos ni vernos…

Aún así prefieres seguir almacenando intentos.

sábado, 4 de mayo de 2013

DIBUJO EN LA ARENA

Creí que estabas esculpido en mi
como en la roca,
pero solo estabas dibujado en la arena,
en la arena que borra el viento, el mar
y mis huellas.

miércoles, 1 de mayo de 2013

ALLEGRO MA NON TROPO

No soy el final de tus pies cansados
ni soy la sombra de tus latidos
no respiro a través de tus pulmones
ni amordazo el hueco de los míos.

Reconozco que me adormeció tu aroma
el sonido de tu voz en mis oídos
fue una fiebre pasajera de engaños
y el despertar, un puñal en mis sentidos.

A esta que tienes delante
a la que has condenado y has herido
no se la pueden enseñar dolores
más fuertes de los que ya ha sufrido.
Esa le clava las uñas al día sin miedo
y afronta la vida como le ha venido
no le vencen los fantasmas del pasado
ni se arredra por traiciones del olvido

Pero a esa que durmió en tu pecho
la que te regaló su amor embravecido
la que lucho por ti a pesar de ti mismo
esa vaga de noche junto al rio
se mira temblando en aguas negras
y le grita a su reflejo que te has ido.

Unas veces una va delante de la otra
otras veces funden su camino
allegro ma non tropo van sus pasos
las agujas de su tiempo no se han detenido.







ESENCIA

Cuando a uno le falla todo alrededor,  vuelve a su esencia, a buscarse en la materia prima, a la arena y la sal. Recomponerse es parte de la vida.
No se la fórmula , en mi ecuación debe haber una laguna porque siempre acabo con el mismo resultado.
La arena, cálida, suave y cambiante me sirve de soporte. Clavo mis pies en ella y me acostumbro a caminar, no me gusta el suelo firme y artificial del asfalto. Trato de buscar el equilibrio porque soy desequilibrada por naturaleza, siempre ando buscándolo porque no lo tengo y ya he aprendido que no lo tendré jamas, y que siempre andaré buscando.
La sal, la que escuece, me recuerda que no debo relajarme, que no debo dar todo de mi, pero como en el caso anterior es lo que siempre deseo hacer y nunca hago. Es la misma sal que da sabor a grandes momentos y  a esa no renuncio.
 Tengo grandes amigos que se silencian a diario pero que emergen cuando me hace falta su calor, lo perciben antes de que les llame, soy afortunada, me curan las heridas y a ellos regreso cuando todo lo demás falla, a mi esencia.