jueves, 10 de marzo de 2011

LLOVÍA

Porque notaba su ausencia, se cobijó en otros brazos.
Por no sentir dolor, construyó ilusiones con otros sueños, escuchó otros susurros junto a su oído y bebió de otros labios otros besos.
Porque le extrañaba, releyó sus cartas e imaginó que acababa de recibirlas...y se engañó.
Se engañó hasta la locura, hasta no distinguir el techo del suelo; la verdad, de lo inventado.
Un día abrió los ojos y pensó que podía luchar o seguir aletargada.
Decidió luchar...pasó el mono de la ausencia, el duelo del olvido.
Y cuando creía que no podría aguantar más, aguantó más.
Y cuando pensó que nunca acabaría, acabó.
Se miró al espejo y por fin pudo desvestirse de sus caricias sin sentirse desnuda.
Se pintó una sonrisa y salió a la calle.
Llovía, el viento era frío...pero era tan hermoso sentirse viva...

1 comentario:

  1. ... y ahora, al salir de casa, es la calle la que se pinta con su sonrisa.

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