jueves, 19 de julio de 2012

Nuevas tecnologías

El sonido de la alarma del móvil me llegaba desde la lejanía, pero lo tenía programado para que aumentara su volumen progresivamente, así que no podía ignorarlo más. La noche anterior me había quedado chateando con mi amiga francesa hasta casi las dos de la madrugada. Apenas había dormido cinco horas...uff...me sentía incapaz de sacar un pie de la cama. Me vino a la memoria aquél colchón de lana que tenía mi abuela en el pueblo en el que te hundías y del que a veces me tenía que recatar mi madre al día siguiente, nada que ver con mi maravilloso colchón mezcla de látex y bambú...mmmm...qué pereza... Sin duda el aroma del café me despejaría. Hoy sería mejor que pusiera en la cafetera un cápsula de café zaazar, que lo anunciaban como el más intenso, a saber de qué estaba hecho, ni siquiera sabía lo que había dentro de la capsulita. Mientras desayunaba leí la prensa en internet, nada nuevo, prima de riesgo, rescate, crisis...desde mi correo electrónico concerté una reunión con mi equipo de trabajo y agendé para la tarde una web conference con el director regional. Cerré el portátil, conecté la alarma y salí pitando hacia el trabajo. Ya en el coche activé el bluetooth para llamar al restaurante que había junto a la oficina y reservar una mesa. Había quedado en comer con Salva, lo había conocido en una página de contactos, de esas en que eliges el perfil de la persona con quien te gustaría tener una relación. Reunía todos los requisitos que buscaba, pero estaba algo nerviosa, ¿sería realmente como yo lo imaginaba?. Era la primera vez que utilizaba este servicio, no lo habría hecho de haber tenido tiempo suficiente para conocer a alguien de la manera tradicional. Pero, ¿cuál era la manera tradicional? ¿cómo eran las cosas hacía apenas veinte años? Todo había cambiado muy deprisa, tanto que no éramos conscientes de ello, seguíamos pensando que la tecnología era cosa del futuro, pero el futuro ya está aquí, ya lo decía Santiago Auserón. El parpadeo intermitente del semáforo y el cláxon del coche que tenía detrás me sacaron de mi reflexión. Si no me daba prisa llegaría tarde al trabajo, y cinco minutos de retraso podían hacer que toda mi agenda se volviera loca; mientras llegaba repasaría mentalmente el planing del día...

Nota: cualquier parecido con la realidad, es pura realidad.

1 comentario:

  1. Genial chica, pero me he quedado con ganas de más... por favor dime que algún día continuarás con la historia. ¿Como se llama la protagonista? ¿Se enamorará del chico? ¿Conseguirá salir de la espiral de su vida?
    Besos. Fran ;)

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